Mi princesa «Atul»
MANOLO ROYO.
Una niña de apenas dos años me está enseñando a ser abuelo.
Lecciones maravillosas me da Fabiola, si me hubieran enseñado como lo hace ahora mi nieta, más feliz habría sido mi infancia, aunque mi abuela Manuela se encargó de llenar de amor mi corazón. Fue genial, junto a mi hermana, lo mejor de mi infancia.
Hacemos intercambio lingüístico, ella aprende a hablar como yo le hablo y yo como me habla ella.
Así que le pregunto: ¿Cuánto quieres a los abuelos? Y contesta: “Bichi” (mucho).
No hay nada que sobrevuele el cielo “atul” que ella no vea, la Luna, el “Tol”, “aión”, si los ve de cola roja, sabe que son de Iberia, que de eso me encargo yo.
Nube, pajarito…
En la puerta de la urbanización se coloca como la estatua de Colón en Barcelona y pregunta el color de cada coche que entra:
¿Y ese? Gris, negro… Ahora, cuando entra el “atul”, el “amaillo” y el “banco” los canta ella.
Consigue que me agite, o parezca que bailo con 74 años, sea la música que sea, incluso la del móvil cuando llaman. El corro de la patata y la del elefante que se balanceaba sobre la tela de la araña, son sus favoritas. Bueno, y la del “cumpleaños feliz”.
¡Alela! ¡alelo! Nos llama. Y grita si no vas: ¡”Alela, ven aquí a sentá”! Nos hace sentarnos en el suelo como hacen en la asamblea en su guardería y se pone a jugar con nosotros. Nos cuesta sentarnos en el suelo, el drama comienza al levantarnos.
La mirada de pilla cómplice cuando ambos jugamos al balón, mientras su abuela con ese cariño materno infantil nos dice: ¡A ver si rompéis algo!
Saluda a todo el mundo que pasa a su lado, si no le devuelven el saludo los mira como diciendo: ¿De que “simio” estamos hablando?
Eso es lo que me ha enseñado Mi Princesa “Atul”, a jugar, créanme. ¡Hacía tanto que no jugaba!
Ahora me paso medias horas metiendo figuras en una caja, haciendo puzles que son difíciles de hacer sin quitar la vista de su cara. Jugamos en el “Paque” en el columpio, del que le cuesta bajarse y al balón… “Al gol alelo”. ¡Mandona! Le digo.
No le gustan las fotos, mucho menos los videos, habla mucho pero casi nada por teléfono, le llame quien le llame.
¡No me toques el desorden! Le digo a su abuela cuando se va de casa, y recojo sus juguetes en los que la única muñeca es ella.
Lo dice su carta astral:
Se trata de una niña muy activa y muy comunicativa. Una persona brillante y con mucha intuición, popular y muy querida por sus amistades, y viajera, muy viejera.
La veo por Australia.
Manolo Royo, humorista www.manolo-royo.com
https://www.navarrainformacion.es/2025/07/17/mi-princesa-atul/