Así lo pone de relieve el Observatorio del Sector Sanitario Privado 2025, presentado por la Fundación IDIS en su quince aniversario. Un informe que no solo actualiza cifras, sino que reivindica el valor de un sector que cada año crece en capacidad, cobertura y compromiso con la innovación y la calidad asistencial.
El gasto sanitario privado alcanzó en 2024 los 34.056 millones de euros, un 2,5% del PIB. A ello hay que sumar el 0,69% del PIB correspondiente a gasto público en provisión privada, lo que eleva la aportación total al 3,17% del PIB. Más allá de los porcentajes macroeconómicos, hay otro dato revelador: 12,6 millones de españoles cuentan con seguro médico privado, lo que supone un crecimiento del 1,6% respecto al año anterior. Uno de cada cuatro ciudadanos ha optado por esta cobertura.
La sanidad privada lleva el peso de una parte significativa de la actividad asistencial del país. En 2024 realizó el 41,6% de las intervenciones quirúrgicas, atendió el 33,6% de las urgencias y registró el 29,7% de las altas hospitalarias.
Además, cuenta con 431 hospitales privados, que representan el 56% del total de centros hospitalarios del país, y una dotación de 49.837 camas, es decir, el 31% de todas las disponibles en España. La concentración de infraestructuras privadas es especialmente fuerte en comunidades como Cataluña, Madrid y Andalucía, que juntas suman el 63,3% de las camas privadas del país.
Salud mental y atención sociosanitaria
El informe pone de manifiesto el papel clave que desempeña la sanidad privada en el ámbito de la salud mental. El 70% de los hospitales especializados en salud mental y adicciones pertenecen al sector privado. Además, concentra el 51% de los centros sin internamiento y más del 50% de las unidades de psicología clínica y psiquiatría hospitalaria.
En cuanto a la atención sociosanitaria, el 73,5% de las plazas residenciales para mayores están en centros privados. España cuenta con 5.573 residencias, de las cuales 3.904 son privadas. El gasto sociosanitario privado asciende a 7.157 millones de euros, representando el 0,52% del PIB.
Este protagonismo en áreas especialmente sensibles, como la salud mental y el cuidado de los mayores, evidencia el compromiso del sector con los colectivos más vulnerables.
Tecnología e investigación
Otro de los aspectos en los que destaca la sanidad privada es en su apuesta por la tecnología y la investigación. Cuenta con el 48% de los equipos de resonancia magnética, el 41% de los mamógrafos y gammacámaras así como el 39% de los equipos de litotricia.
La inversión en I+D también es significativa: el 50% de los ensayos clínicos realizados en 2024 se llevaron a cabo en centros privados. Desde 2016, 147 centros privados han participado en 1.110 ensayos clínicos, con un fuerte enfoque en Oncología, neurociencias, enfermedades respiratorias y hematología. Esta capacidad investigadora convierte al sector en un motor de innovación en un momento en el que la medicina personalizada y la prevención ganan protagonismo.
Empleo, formación y calidad asistencial
El sector sanitario privado emplea a más de 309.000 profesionales, incluyendo 71.206 médicos. Solo en 2024, se ofrecieron 269 plazas de formación sanitaria especializada, reflejo del compromiso con la capacitación continua y la excelencia profesional.
Con el fin de mejorar y demostrar la calidad de sus centros, el sector sanitario privado cuenta con diferentes certificaciones que acreditan la calidad de estos. En este sentido, la calidad asistencial no se queda en palabras. A día de hoy, 209 centros han recibido el reconocimiento QH-Quality Healthcare de la Fundación IDIS, un 77,5% de ellos privados. Este sello, que evalúa desde la accesibilidad hasta la mejora continua, es una garantía para pacientes y profesionales.
Un modelo mixto para un reto común
El sector sanitario privado constituye una pieza fundamental del sistema sanitario, y la colaboración con él -ya sea mediante conciertos, mutualismo administrativo o concesionesrepresenta un elemento clave para aliviar la carga asistencial y económica del sistema público. En este contexto, el 58% de los hospitales privados mantienen algún tipo de concierto con el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Por otro lado, el mutualismo administrativo actúa como una vía de cobertura que ayuda a equilibrar el funcionamiento entre la sanidad pública y privada, al tiempo que disminuye la presión sobre la atención pública. En 2024, esta modalidad contaba con 1,66 millones de funcionarios adheridos, lo que representa aproximadamente el 76% del total.
El informe 2025 de la Fundación IDIS no deja lugar a dudas: la sanidad privada es hoy un actor esencial del sistema sanitario español. No solo por su peso económico, sino por su capacidad de respuesta, su inversión en tecnología, su liderazgo en investigación y su implicación en la formación de profesionales. En un contexto de demanda creciente, envejecimiento poblacional y presión sobre los servicios públicos, la colaboración público-privada deja de ser un debate para convertirse en una herramienta imprescindible.