El diagnóstico está hecho: España necesita cada vez más profesionales sanitarios. El envejecimiento de la población –que aumenta la demanda de atención por enfermedades crónicas y dependencia–, la ausencia de políticas de planificación de recursos humanos, la escasa inversión en formación, las condiciones laborales poco atractivas en algunos entornos y el limitado reconocimiento social de la profesión (en ciertos trabajos) son algunos de los factores que explican esta situación.

El panorama es todavía más acuciante si se toma en consideración que en el país casi uno de cada tres profesionales médicos y uno de cada seis expertos en enfermería supera los 55 años de edad, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), lo que anticipa una ola de retiros en los próximos años.

“Hay sectores del sistema sanitario más penalizados que otros”, señala Eduardo Satué, presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas). En el país, el déficit está en los médicos de familia. En 2023 faltaban 4.502 y la cifra llegará hasta los 5.496 en 2029, de acuerdo con el Informe de necesidad de médicos especialistas en España 2023-2035.

“El verdadero problema está en los centros de salud”, indica Satué. El 51,3% de los médicos de familia tiene entre 50 y 65 años, y casi uno de cada cuatro se sitúa entre los 60 y 65. Ello deja ver un hueco por las jubilaciones en los próximos cinco años, lo cual elevará de forma considerable la necesidad de reemplazo, refleja el informe.

Cambio en la estructura

Las proyecciones, sin embargo, apuntan a un cambio en la estructura de edad del colectivo: si en 2024 más de la mitad supera los 50, en 2029 esa proporción bajará al 33,5% y en 2025 al 23,4%. Pero mientras se llegan a esas cifras, los ciudadanos sufren ese boquete. “Estos profesionales son el pilar del sistema. Pero también es el más castigado, con peor financiación, peores salarios y menor desarrollo de carrera profesional”, destaca el presidente de Sespas. “Al terminar la carrera, muchos estudiantes optan por especialidades u opciones más atractivas y es ahí donde la salud pública y la atención primaria pierden competitividad”, agrega el experto.

En enfermería, la situación es aún más alarmante. España requiere de 103.634 enfermeras para converger con la ratio enfermera-paciente de la Unión Europea (UE). Las estimaciones del Ministerio de Sanidad apuntan a que para alcanzar dichos niveles hay que esperar a que pasen entre 22 y 29 años, tomando en consideración los años de formación requeridos.

A ello se suma que en la próxima década casi 50.000 personas se jubilarán de esta profesión. Unas 10.000 de ellas solo en Andalucía. “La presión asistencial no deja de crecer y es evidente que el sistema tiene que empezar a orientarse más hacia los cuidados y la prevención, no solo hacia la atención médica tradicional”, argumenta María Dolores Ruiz, portavoz de la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria (Asanec).

Comunidades autónomas como Navarra ya han alcanzado o están cerca de lograr la media europea de personal de enfermería por habitante. En regiones como Galicia, por el contrario, no solo están lejos de alcanzar las cifras, sino que han experimentado un retroceso en el número de profesionales. Otras zonas, como La Rioja, han tenido un escaso crecimiento y necesitarán entre 71 y 93 años para lograr equiparse a la media de la UE. También se pronostica que otras, como Madrid, Cantabria y Murcia, tarden varias décadas (entre tres y seis) en converger a los estándares de otras naciones del Viejo Continente.

La crisis del sistema, con peor financiación, bajos salarios y menor desarrollo laboral, desincentiva

No existen suficientes plazas universitarias para formar a todas las que se requieren, comenta Ester Giménez, presidenta de la Associació d’Infermeria Familiar i Comunitària de Catalunya (Aificc). El problema va más allá. Muchas de estas profesionales tienen contratos temporales, sin estabilidad ni posibilidad de planificar su vida personal o familiar. “Hay tanta necesidad que apenas podemos trabajar en prevención y promoción de la salud, que es precisamente la base de nuestra especialidad”, subraya Giménez.

El Ministerio de Sanidad dice que la formación de enfermeras en España ha crecido de forma constante en los últimos años, pero sin ser suficiente para cubrir la demanda. Entre los cursos académicos 2018-2019 y 2022-2023, las universidades españolas han ampliado su capacidad formativa en el Grado de Enfermería, lo cual ha significado aumentar las plazas disponibles, las solicitudes de ingreso, las matrículas efectivas, y en consecuencia, el número de titulados que llegó a 11.593 estudiantes en 2022-2023.

El colectivo reclama más planificación ante una presión asistencial que se incrementa de forma continua

Dicho repunte, reconoce Sanidad, sigue siendo insuficiente para tapar el hueco que dejarán las jubilaciones previstas, por lo que hace falta seguir ampliando la oferta. El problema no termina allí. “También hay un notable déficit en salud pública, donde faltan profesionales como farmacéuticos, que cumplen un rol esencial en la atención”, avisa Satué, de Sespas.

Las cifras de  la emergencia


Déficit. España cuenta con menos personal sanitario que la media europea. En 2022, según las cifras de Eurostat, el 9,2% del empleo en el país correspondía al sector de la salud y la asistencia social, frente al 11% de media comunitaria. Aunque la actividad ha crecido en todo la UE (en 2002, por ejemplo, representaba el 8,5% del empleo), España sigue por detrás de países como Bélgica o Países Bajos donde la cifra llega al 14%. 

Doctores. Crecen pero no son suficientes. España ha alcanzado los 4,3 médicos por cada 1.000 habitantes en 2022, un dato que estuvo ligeramente por arriba de la media europea (de 4,2). Este aumento, sin embargo, no ha sido suficiente para cubrir la demanda sanitaria, especialmente tras la pandemia. 

Enfermería. Es uno de los grandes desafíos. Con solo 6,1 profesionales de enfermería por cada 1.000 habitantes, el país se sitúa muy por debajo de la media europea, que llega a 7,5. En naciones como Alemania, Irlanda o Finlandia superan las 12 enfermeras.  
Fenómenos. La escasez de profesionales sanitarios en Europa es un problema conocido desde hace años, pero hoy adquiere una dimensión debido al fenómeno conocido como doble demografía o doble reloj demográfico: el envejecimiento simultáneo de la población general y del personal sanitario.  

Longevidad. La proporción de personas mayores de 65 años en la UE ha aumentado de un 16% en el 2000 al 21% en 2023. Se prevé que avance casi el 30% para 2050, debido al alza de la esperanza de vida y al descenso de la tasa de fertilidad.