El gasto en atención sanitaria preventiva en la Unión Europea alcanzó en 2022 los 90.400 millones de euros, una cifra que supone un incremento del 76,3% respecto a 2020. Sin embargo, en términos relativos al producto interior bruto (PIB), el gasto retrocedió ligeramente desde el 0,66% registrado en 2021 hasta el 0,57% en 2022, según confirman los últimos datos publicados por la entidad de estadísticas europeas ‘Eurostat’. Este descenso marca el fin del impulso que supuso la emergencia sanitaria para la inversión en programas de inmunización y prevención, aunque el gasto se mantiene aún muy por encima de los niveles pre-pandemia, cuando apenas representaba el 0,38 % del PIB.

Por definición, la atención sanitaria preventiva engloba todas aquellas medidas orientadas a evitar o reducir la aparición y gravedad de enfermedades, lesiones y sus complicaciones, antes de que estas requieran tratamiento. Incluye desde campañas de vacunación hasta intervenciones colectivas e individuales para el control de factores de riesgo. Según el ‘Sistema de Cuentas de Salud 2011’, estas acciones deben distinguirse del gasto en atención curativa o rehabilitadora, aunque esta diferenciación no siempre es sencilla en algunos países, lo que podría dar lugar a subestimaciones del gasto preventivo.

La evolución del gasto pone de manifiesto la importancia adquirida por los programas de inmunización durante los años más intensos de la pandemia. En los 19 países de la UE que facilitaron datos específicos, el gasto en inmunización fue en 2021 un 335% superior al de 2020, y aunque en 2022 disminuyó ligeramente, seguía siendo un 317% mayor que en 2020. Esta categoría representó casi un tercio del gasto total en prevención, con un 28% en 2022, frente al 13,6% de 2020. Estos datos confirman cómo la vacunación masiva contra la Covid-19 reformuló las prioridades preventivas de los sistemas de salud europeos.

“Estas cifras reflejan en buena medida el tamaño de las economías y sus respectivas poblaciones, aunque el análisis per cápita muestra importantes diferencias en las prioridades presupuestarias de cada país”

En términos absolutos, Alemania fue, con diferencia, el país que más invirtió en atención preventiva en 2022: 38.400 millones de euros, más del 40% del total europeo. Le siguieron Francia, con 12.700 millones, e Italia, con 10.600 millones. En el extremo opuesto, Malta, Chipre y Letonia registraron los niveles más bajos, con menos de 100 millones de euros cada uno. “Estas cifras reflejan en buena medida el tamaño de las economías y sus respectivas poblaciones, aunque el análisis per cápita muestra importantes diferencias en las prioridades presupuestarias de cada país”, sostiene ‘Eurostat’.

Así, en relación al tamaño de su población, Alemania y Austria fueron también los países con mayor gasto por habitante en atención preventiva en 2022, con 457,7 y 410,6 euros per cápita, respectivamente. En cambio, Polonia (21,6 €) y Rumanía (24,3 €) se situaron a la cola. La brecha entre el país con mayor y menor gasto per cápita en euros alcanzó una proporción de 21,2 a 1. Sin embargo, al ajustar por estándares de poder adquisitivo, esta diferencia se redujo de 11,2 a 1.

El análisis de los datos en términos de porcentaje del gasto sanitario total revela que la atención preventiva representó un 5,5 % del gasto sanitario actual en el conjunto de la UE, un porcentaje inferior al 6,1 % de 2021 pero significativamente superior al 3,5 % registrado en 2020. Alemania (7,9 %) y Austria (7,4 %) lideraron esta clasificación, mientras que Malta (1,2 %), Polonia (1,9 %) y Eslovaquia (2,0 %) fueron los países que menos destinaron a prevención dentro de su sistema sanitario.

LA MAYOR PARTE DE LA FINANCIACIÓN ES PÚBLICA

En cuanto a la financiación, los datos de ‘Eurostat’ muestran que el 65,6% del gasto en atención sanitaria preventiva en la UE provino de programas gubernamentales, que fueron la principal fuente en 22 países. En Malta, España y Dinamarca, la financiación pública cubrió prácticamente el 100% del gasto preventivo. El segundo mayor canal de financiación fueron los seguros de salud contributivos obligatorios, responsables del 25,5% del gasto. En países como Croacia (68,9%), Francia (63,6%) y Chequia (53,1%), estos seguros constituyeron la principal fuente de financiación.

Por su parte, los proveedores de atención preventiva —organizaciones especializadas en programas de salud pública— representaron el 52% del gasto en atención sanitaria preventiva en la UE. Los proveedores de atención médica ambulatoria —consultas médicas y clínicas que no requieren hospitalización— concentraron el 28,5%. En países como Eslovaquia (92,2%), Chipre (81,3%) e Italia (79,2%), los proveedores de atención preventiva fueron claramente mayoritarios.

Gasto en atención sanitaria preventiva

Por el contrario, en Portugal (82,4%) y Finlandia (76,6%) fueron los proveedores ambulatorios quienes asumieron el mayor peso. También hay excepciones: en Bulgaria, el 34,6% del gasto en atención preventiva correspondió al «resto de la economía» (hogares y otras industrias); en Polonia, el 35,5% fue gestionado por entidades de administración del sistema sanitario; y en Grecia, los hospitales concentraron un 40,4% del gasto.

En definitiva, los datos de 2022 reflejan tanto el impacto residual de la pandemia en los presupuestos sanitarios como las diferencias significativas entre los países de la UE en materia de atención sanitaria preventiva. Aunque el esfuerzo preventivo disminuyó respecto al pico de 2021, los niveles se mantienen claramente por encima de los anteriores a la Covid-19, lo que “indica una consolidación de la prevención como pilar estructural de los sistemas de salud europeos”, subraya ‘Eurostat’. La evolución de estos indicadores en los próximos años permitirá evaluar si esta tendencia se mantiene o si, por el contrario, se trata de un fenómeno coyuntural.