La salud bucodental no solo es clave para hablar, comer o sonreír, sino que influye directamente en la calidad de vida, el bienestar emocional e incluso en la salud general de las personas. Así lo confirma el informe del Observatorio de Salud Bucodental, presentado hoy por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), que pone en evidencia la importancia de cuidar la boca desde edades tempranas y la necesidad de garantizar un acceso equitativo a los servicios odontológicos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una boca sana permite a las personas desenvolverse sin dolor ni incomodidad, favoreciendo su integración social. Sin embargo, en España, la salud bucodental presenta carencias graves: solo el 26,7% de los adultos conserva todas sus piezas dentales naturales. Asimismo, enfermedades como la caries o la periodontitis afectan de forma generalizada tanto a niños como a adultos.
Un problema que comienza en la infancia
La caries es la enfermedad crónica más común en la infancia. Casi el 40% de los niños entre 5 y 6 años sufre caries, y su prevalencia se mantiene en edades posteriores. En adultos, la enfermedad periodontal —que puede derivar en la pérdida de dientes y está asociada a problemas como enfermedades cardiovasculares o diabetes— afecta especialmente a personas mayores de 35 años.
Los factores de riesgo más comunes son el consumo excesivo de azúcar, la falta de higiene y la escasa concienciación preventiva. A pesar de ello, el 34% de los españoles acude al dentista solo cuando tiene un problema, y el 68% admite haber reducido sus visitas por motivos económicos.
Impacto económico y sanitario
En este sentido, las enfermedades bucodentales no solo causan dolor, infecciones o baja autoestima, sino que suponen un coste importante para los sistemas sanitarios y para los hogares. En España, se estima que los trastornos bucodentales provocan una pérdida de 140.161 Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVAD), superando incluso al cáncer de próstata o a la leucemia. Además, el gasto odontológico representa una carga económica considerable: el 98,8% del gasto dental se cubre con pagos directos de los hogares.
A pesar de la magnitud del problema, el Sistema Nacional de Salud solo destina un 2% del gasto sanitario público a la atención dental, frente al 31% de la media europea. Esto sitúa a España muy por debajo en cobertura pública de servicios odontológicos, y obliga a muchas personas a recurrir al sector privado.
Desigualdad territorial
El informe también destaca importantes diferencias entre comunidades autónomas. Mientras que en Madrid el gasto medio por hogar en salud dental asciende a 319 euros, en la Comunidad Valenciana apenas alcanza los 148 euros. Estas desigualdades reflejan tanto la disparidad en el poder adquisitivo como la falta de una cobertura pública homogénea a nivel nacional.
Llamamiento a la acción
La Fundación IDIS ha subrayado la urgencia de reforzar las políticas públicas de salud bucodental. «No podemos seguir considerando la salud oral como un lujo. Es una necesidad sanitaria básica«, han señalado. La entidad propone aumentar la financiación pública, ampliar la cobertura del SNS más allá de colectivos específicos –infancia, personas con discapacidad o enfermedades graves–, y fomentar programas de prevención y educación en higiene oral desde edades tempranas.
El informe concluye que mejorar el acceso a la salud bucodental no solo redundaría en un mayor bienestar social, sino también en un ahorro sanitario global, al prevenir enfermedades y reducir complicaciones derivadas de una mala salud oral.