Separación consciente: cómo conseguir que el divorcio tenga un final feliz

Adoptar un enfoque más amable y constructivo posibilita acabar las relaciones con el mismo amor con que empezaron

Separación consciente: cómo conseguir que el divorcio tenga un final felizMinimizar los daños de la ruptura y abrir otra forma de relación con la ex pareja beneficia a uno mismo, al otro y a los hijos (mofles / Getty Images/iStockphoto)

Dice la escritora Martha Beck que una relación de pareja es “una propuesta a la que te tiras de cabeza y de la que sales arrastrándote”. En una cultura en la que la creencia del “y fueron felices para siempre” continúa estando muy arraigada, no suele resultar fácil gestionar una separación. La antropóloga Helen Fisher explica que en la naturaleza humana está que las personas heridas quieran herir a otras, pues cuando una figura fundamental empieza a desaparecer de nuestra vida podemos sentirnos profundamente perturbados.

Las relaciones que mantenemos nos dan seguridad, y cuando la sentimos amenazada se activan de forma automática nuestros circuitos de lucha o huida. Mientras esto sucede y nos preparamos para pelear o correr, la parte racional del cerebro se vuelve más lenta, lo que no siempre resulta una buena combinación. Sin embargo, al cerebro le importan poco nuestras aspiraciones de nobleza o de fair play, pues su principal misión es mantenernos a salvo y asegurar nuestra supervivencia. Y como es un órgano social y está diseñado para mantenerse conectado, no está dispuesto a abandonar un gran apego fácilmente.

El rechazo de la persona amada activa en el cerebro los circuitos de lucha o huida; lo percibe como una amenaza a nuestra supervivencia

El rechazo de la persona amada activa en el cerebro los circuitos de lucha o huida; lo percibe como una amenaza a nuestra supervivencia (iStockphoto)

Desde el punto de vista estrictamente biológico, resulta mejor tener un vínculo negativo que no tener ninguno. Eso explicaría que sigamos aferrándonos a una relación aunque esta sea insatisfactoria y nos provoque dolor. Un estudio reciente de la Universidad de UCLA descubrió que el rechazo de la persona amada activa el mismo estado de alerta en el cerebro que una amenaza primitiva. Este hallazgo nos recuerda que, hace mucho tiempo, formar parte de una tribu era esencial para sobrevivir, y que la expulsión del clan significaba una muerte casi segura. Por eso, si nuestra pareja nos dice un día aquello de “tenemos que hablar” puede que experimentemos una sensación de pánico y angustia profundos. Es un vestigio de ese patrón adaptativo que nos hace creer que no sobreviviremos por nuestra cuenta.

La angustia ante la ruptura es un vestigio primitivo: la expulsión del clan suponía una muerte casi segura

Incluso cuando el sufrimiento de seguir con la relación es más fuerte que el miedo a dejarla y decidimos romper, el cerebro puede seguir apegándose a la relación, que para él está tan ligada a la supervivencia, de distintas maneras. Una de ellas puede ser mediante una separación conflictiva y desagradable en que la pareja se alimenta mutuamente de hostilidad y rencor, o en la que uno de sus miembros o ambos están obsesionados por vengarse, por ganar o por ambas cosas.

Gwyneth Paltrow y Chris Martin sorprendieron al anunciar su divorcio 'llenos de tristeza' y  'en muchos sentidos más unidos que nunca' Gwyneth Paltrow y Chris Martin sorprendieron al anunciar su divorcio 'llenos de tristeza' y 'en muchos sentidos más unidos que nunca' (Jack Plunkett / AP)

“Hemos decidido separarnos con el corazón lleno de tristeza… hemos llegado a la conclusión de que aunque nos queramos mucho, ya no viviremos juntos. Pero somos y siempre seguiremos siendo una familia, y en muchos sentidos ahora estamos más unidos que nunca”. La actriz Gwyneth Paltrow y el cantante Chris Martin sorprendieron al mundo cuando, con estas palabras, anunciaron su divorcio hace algunos años. La pareja explicó que la suya iba a ser una “separación consciente”, término que había acuñado hacía algún tiempo la psicoterapeuta norteamericana Katherine Woodward Thomas.

Con los años, Paltrow y Evans han formado lo que algunos psicólogos llaman “una familia expandida”, y no resulta extraño ver a la expareja compartiendo tiempo e instantáneas junto a sus nuevos compañeros sentimentales y a sus hijos. ¿Es Gwyneth Paltrow de otro planeta o realmente resulta factible separarse sin tirarse los platos a la cabeza?

“Separarse con amor, venciendo los impulsos de venganza, es más fácil de decir que de hacer”

Katherine Woodward Thomas Psicoterapeuta

Woodward Thomas asegura que, aunque nuestros impulsos biológicos nos arrastren de forma natural hacia la venganza y el rencor, es posible adoptar un enfoque más amable y constructivo a la hora de abordar el fin de una relación. La separación consciente, explica esta especialista en el libro que lleva el mismo nombre, consiste en llevar a cabo un trabajo personal y conjunto para minimizar los daños que la ruptura pueda provocar: a uno mismo, a los hijos y al otro miembro de la pareja, y a la vez, sirve para crear acuerdos y estructuras nuevas pensadas para que todos los implicados puedan ganar, progresar y crecer a partir de ese momento.

“Son rupturas que consiguen superar, desafiar e incluso vencer los impulsos inconscientes, primitivos y biológicos que podamos sentir de atacar, castigar, vengarnos o herir al que nos ha herido. Te aseguro que es más fácil decirlo que hacerlo”, afirma Woodward Thomas.

Las relaciones nunca terminan, porque han formado parte de nuestra vida

Las relaciones nunca terminan, porque han formado parte de nuestra vida (Thiago Santos / Getty Images/iStockphoto)

Eva Sandoval, autora del libro La conexión que nos une, subraya la importancia de acabar las relaciones con el mismo amor con el que estas empezaron: “Las relaciones son cada instante que existen, cada momento vivido, no solamente cuando nos sentimos bien en ellas. De alguna manera, nunca terminan, porque han formado parte de nuestra vida y solamente por eso ya deberían ser sagradas. Las relaciones de apego siempre terminan mal porque así han empezado, son relaciones condicionadas. Las relaciones de amor, si terminan en el plano físico, priorizan la voluntad de que la otra persona sea feliz aunque eso implique que lo sea también sin ti”.

La psicóloga y terapeuta familiar Elisenda Pascual resalta la especial importancia de cuidar estos procesos por el impacto que tienen en los hijos, si es que los hay. “Para una criatura, su corazón está formado la mitad de mamá y la otra mitad de papá (o de dos mamás, o de dos papás, sea como sea su sistema familiar). Cuando se provoca una separación en el exterior, lo más importante es cuidar que la unión que yace en su corazón permanezca intacta. Un divorcio mal gestionado puede llegar a dividir el corazón de las criaturas, teniendo que negar el amor hacia uno de sus progenitores cuando está delante de la otra parte”, apunta.

“Las relaciones de apego siempre terminan mal porque así empezaron; las de amor priorizan que el otro sea feliz, también sin ti”

Eva Sandoval Autora de La conexión que nos une

El momento de comunicar nuestra decisión de separarnos a los niños suele ser siempre delicado. Pascual recomienda hacerlo solo cuando la decisión está madura. “Es importante no hacer a las criaturas aliadas de nuestras dudas, malestar o dolor. Podemos mostrárselo si así emerge, aunque es importante comprender que ellas nunca nos podrán ‒ni deberán‒ sostener. Una vez llegado el momento, buscaremos un lugar tranquilo e íntimo para explicárselo de una forma clara y serena. Si pueden estar las dos partes tomando este rol adulto, ¡genial! De no poder ser, ambas personas, cada una por su lado, pueden comunicarles la noticia”.

Una vez hemos explicado la decisión a los hijos y allegados, comenzará la ardua tarea de dejar ir la relación antigua y reconstruirse poco a poco de forma individual. ¿Cómo hacerlo de forma positiva? Katherine Woodward explica que los cinco pasos para separarse de forma consciente, ya sea con la participación de nuestra pareja o realizando el proceso por nuestra cuenta, pasan por encontrar la libertad emocional, recuperar nuestro propio poder y nuestra vida, dejar atrás ciertos hábitos y curar el corazón, convertirnos en alquimistas del amor y crear nuestro propio “y vivieron felices incluso después de separarse”.

Conviene comunicar la decisión a los hijos juntos, de forma clara y serenaConviene comunicar la decisión a los hijos juntos, de forma clara y serena (JackF / Getty Images/iStockphoto)

Para esta terapeuta, es importante “tener gestos generosos de justicia y de buena voluntad, que nos ayudarán a tender nuevos puentes en unos momentos en que los antiguos se han hundido”. Para ello, es importante adquirir la costumbre de preguntarse: ¿qué estoy creando con mi forma de responder a los retos a los que mi expareja y yo nos enfrentamos? ¿Hostilidad? ¿División? ¿Más estrés? ¿Unión? ¿Reparación? ¿Bienestar? “Darle la vuelta a las cosas lleva su tiempo. Sin embargo todos queremos aprovechar los momentos que nos permiten que la relación evolucione de manera correcta y sana. Cada gesto de generosidad ofrecido de corazón puede desencadenar una oleada de bondad que perdurará durante muchos años. Cuando los hijos crecen en esta clase de familia lo hacen con una sensación de plenitud, tanto si sus padres están casados como divorciados”. Para Woodward, no debemos olvidar que la separación consciente es algo a lo que aspirar, aunque no es sencillo ni es posible transitar por el trance ahorrándonos ciertas dosis de dolor. “No conozco ni a una persona que lo haya hecho todo perfecto, incluyéndome a mí misma”, dice.

“Una separación mal gestionada puede romper el corazón de los hijos, teniendo que negar el amor a uno cuando está delante de la otra parte”

Elisenda Pascual Psicóloga y terapeuta familiar

Eva Sandoval cree que tendemos a hacernos daño al separarnos porque “escondemos nuestras faltas, nuestra poca autoestima y nuestros miedos en otra persona, y eso condiciona las relaciones. Creo que el daño no tiene solo que ver con la separación, sino que ha comenzado antes y no hemos expresado nuestros sentimientos al respecto. La sociedad nos invita a hacer ver que todo está bien y aunque sepamos que no, nos vamos llenando de cosas que queremos decir y no decimos. Es importante distinguir daño de tristeza, si vivimos la tristeza y la dejamos ir no nos hará daño”.

Si los hijos perciben generosidad y bondad entre sus padres, crecen con sensación de plenitud, tanto si esos padres están juntos como separados

Si los hijos perciben generosidad y bondad entre sus padres, crecen con sensación de plenitud, tanto si esos padres están juntos como separados (gradyreese / Getty Images)

Pocas cosas nos recuerdan nuestra fragilidad con tanta fuerza como la pérdida del amor. Sin embargo, nos recuerda Elisenda Pascual, una separación también puede ser una gran oportunidad personal. “Siempre que el conflicto ‒que es lo que subyace al divorcio‒ se pueda trabajar emocionalmente desde un lugar maduro, será un crecimiento inmenso. Comprender por qué te elegí, por qué no funcionó, qué parte fue responsabilidad mía, etcétera, puede brindarnos una gran oportunidad para transformar la forma de relacionarnos con las otras personas, con la vida y con nosotros mismos”, enfatiza.

La ruptura es una oportunidad personal de transformar la forma de relacionarse con los demás y con uno mismo

Fuente: http://ow.ly/zDfQ30otEWu

Categoría: GENERAL Viernes 19 de Abril del 2019